Después de que los portugueses introdujeran el cacao en Príncipe, esta pequeña isla de África Occidental se convirtió en la puerta de entrada del cacao al continente. Desde Príncipe, los árboles de cacao se introdujeron en su isla hermana de Santo Tomé y más tarde se llevaron a Ghana. La agridulce historia del cacao en ambas islas se reflejó en el abandono de las plantaciones y los cultivos durante muchas décadas. Hoy en día, ha recobrado fuerza y se ha convertido en una importante fuente de ingresos para muchos pequeños agricultores, orgullosos de su contribución a la producción del país.